Santa Faustina Kowalska (1905-1938). Canonizada por San Juan Pablo II el 30 de abril de 2000. Apóstol de la Divina Misericordia. Su fiesta es el 5 de octubre.
Jesús me dijo: “Cuando reces esta oración con corazón contrito y con fe por algún pecador, le concederé la gracia de la conversión:
“Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío".
#SantaFaustinaKowalska
El Señor me dijo: “¿Por qué tienes miedo si estás unida a Mí? No Me agrada el alma que se deja llevar por inútiles temores ¿Quién se atreve a tocarte cuando estás Conmigo? El alma más querida para Mí es la que cree fuertemente en Mi Bondad y la que Me tiene plena confianza”.
El enemigo debe tener miedo de nosotros y no nosotros del enemigo. Satanás vence solamente a los soberbios y a los cobardes, porque los humildes tienen la fortaleza. Nada confunde ni asusta a un alma humilde.
Una persona me pidió rogar por ella; cuando me encontré con el Señor, le dije: “Jesús, yo amo particularmente a las almas a las que Tú amas”. Y Jesús me contestó con estas palabras: “Y Yo concedo gracias particulares a las almas por las que tú intercedes delante de Mí”.
El hecho de sentir a Dios en el alma no me impide cumplir mis tareas… Con Él voy al trabajo, con Él voy al recreo, con Él sufro, con Él gozo, vivo en Él y Él en mí. No estoy nunca sola, ya que Él es mi compañero permanente. Siento su presencia en cada momento.
#SanFranciscodeAsis
Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez [se refiere a la coronilla de la Divina Misericordia], recibirá la gracia de Mi Misericordia infinita.
Una de las Madres me llamó ilusa por mi relación con el Señor Jesús. Me dijo que Jesús no se relaciona con almas pecadoras como la mía. Desde entonces era como si yo desconfiara de Jesús. Y le pregunté: “Jesús, ¿eres Tú una ilusión?” Me contestó: “Mi Amor no desilusiona a nadie”.
Jesús me dijo: “Ves, esas almas que se parecen a Mí en el sufrimiento y en el desprecio, también se parecerán a Mí en la Gloria; y aquellas que menos se asemejan a Mí en el sufrimiento y en el desprecio, también serán menos semejantes a Mí en la Gloria”.
Durante el viaje en tren, uno de los siete Ángeles iba conmigo, radiante, luminoso. Sobre cada iglesia que pasábamos había un Ángel, pero de luz más pálida que la del Ángel que me acompañaba. Los Ángeles que custodiaban las iglesias se inclinaban ante el Ángel que iba conmigo.
Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte… Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi Misericordia infinita.
-“Señor, ¿cómo puedes pasar sin decirme nada? Yo no haré nada sin Ti, tienes que quedarte conmigo y bendecirme a mí, a esta Comunidad y a mi Patria”.
Entonces Jesús hizo la señal de la cruz y dijo:
-“No tengas miedo de nada. Yo estoy siempre contigo”.
Mi Ángel de la Guarda me llevó a un lugar nebuloso y lleno de fuego donde había multitud de almas sufrientes. Oraban con fervor pero sin eficacia para ellas porque sólo nosotros podemos ayudarlas. Les pregunté sobre su mayor tormento. Todas contestaron que es la añoranza de Dios.
Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, por nuestros pecados y los del mundo entero. Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Oí en el alma esta voz: “No tengas miedo de nada, no te sucederá nada sin Mi Voluntad”. Después de estas palabras del Señor, una fuerza misteriosa entró en mi alma; me alegro grandemente de la bondad de Dios.
Yo, Sor Faustina, por orden de Dios, estuve en los abismos del infierno para dar testimonio de que el infierno existe…la mayor parte de las almas que están allí son las que no creían en la existencia del infierno…qué terriblemente sufren allí las almas…ruego por los pecadores.
La Virgen María, de una belleza indescriptible, dijo estas palabras: “Yo no solamente soy la Reina del Cielo, sino también la Madre de la Misericordia y Tu Madre”.
Oh Jesús mío, Tú ves lo débil que soy por mí misma, por eso dirige Tú Mismo todas mis cosas. Sabes, oh Jesús, que sin Ti no me acerco a ningún problema, pero Contigo afrontaré las cosas más difíciles.
Satanás se presentó como un fantasma y me dijo: “No reces por los pecadores sino por ti misma, porque serás condenada”. Sin hacerle caso, recé con más fervor por los pecadores…Y conocí que mi sufrimiento y mi oración ataban a Satanás y muchas almas fueron liberadas de sus garras
Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación.
Vi al Señor Jesús en la custodia; pero en lugar de la custodia, veía el rostro glorioso del Señor. El Señor me dijo: “Lo que tú ves en realidad, las almas lo ven a través de la fe. Oh, qué agradable es para Mí su gran fe…”.
A pesar de estar muy cansada hice la Hora Santa. No pude rezar ni estar arrodillada.Estuve una hora uniéndome en espíritu a las almas que adoran a Dios de manera perfecta. Al final, vi a Jesús que me miró y con dulzura indecible me dijo:“Tu plegaria Me es inmensamente agradable”.
Jesús me dijo: “Pon tu cabeza sobre Mi pecho, sobre Mi Corazón, y de él toma fuerza y fortaleza para todos los sufrimientos, porque no encontrarás alivio, ayuda ni consuelo en ninguna otra parte. Debes saber que vas a sufrir mucho, pero que esto no te asuste. Yo estoy contigo.”
…vi a Jesús junto a mi reclinatorio, con una túnica clara, y me dijo estas palabras: “¿Por qué tienes miedo de cumplir Mi Voluntad? ¿Crees que no te ayudaré como hasta ahora?…”
El Señor me dijo: “Compórtate como un mendigo que al recibir una limosna grande no la rehúsa sino que la agradece con más cordialidad; tú igual: si te concedo gracias más grandes no las rehuses diciendo que eres indigna. Yo lo sé; tú alégrate y toma los tesoros de Mi Corazón…”
Mi Misericordia es más grande que tu miseria y la del mundo entero. ¿Quién ha medido Mi Bondad? Por ti bajé del cielo a la tierra, por ti Me dejé clavar en la cruz, por ti permití que Mi Sagrado Corazón fuera abierto por una lanza, y abrí la Fuente de la Misericordia para ti.
La Virgen María me dijo: Yo di al mundo al Redentor, y tú tienes que hablar al mundo acerca de su Gran Misericordia y prepararlo para su segunda venida. Vendrá, no como Redentor misericordioso, sino como Justo Juez. Ese día tan terrible vendrá, será el día de la Justicia,…
Cuando te acercas a la confesión debes saber que Yo Mismo te espero en el confesionario, sólo que estoy oculto en el sacerdote, pero Yo Mismo actúo en tu alma.
Una vez fui llamada al juicio de Dios. Me presenté a solas delante del Señor…Inmediatamente vi el estado de mi alma tal como Dios la ve. Vi claramente todo lo que no agrada a Dios. No sabía que hay que rendir cuentas ante el Señor incluso de las faltas más pequeñas ¡Qué momento!
Deseo que la
#FiestaDeLaMisericordia
sea de reparación y refugio para las almas especialmente para los pobres pecadores.El alma que hoy se acerque a la Confesión y a la Santa Comunión recibirá el perdón total de las culpas y sus penas…que ningún alma tenga miedo de acogerse a Mí
…entendí interiormente lo grande que es la recompensa que Dios nos prepara, no solamente por las buenas obras, sino también por el sincero deseo de cumplirlas. Qué gracia más grande de Dios es ésta!
Niña Mía, la vida en la tierra es una lucha y una gran lucha por Mi Reino. No tengas miedo porque no estás sola. Yo te respaldo siempre, así que apóyate en Mi Brazo y lucha sin temer nada…
Hoy escuché en el alma esta voz: “Oh, si los pecadores conocieran Mi Misericordia, no perecería un número tan grande de ellos. Diles a las almas pecadoras que no tengan miedo de acercarse a Mí, háblales de Mi gran Misericordia”.
…por un momento sentí que estaba en los brazos de Dios Padre, como una niña, y oí en el alma estas palabras: “No tengas miedo de nada, hija Mía. Todos los adversarios quedarán destruidos a Mis Pies”… entraron en mi alma una profunda serenidad y un extraño silencio interior.
Oí en el alma estas palabras: “…Deseo que el mundo entero conozca Mi Misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi Misericordia”.
-Hija mía, que no te interese cómo se comportan los demás. Tú compórtate como Yo te ordeno: has de ser un vivo reflejo de Mí a través del Amor y la Misericordia.
-Señor, a menudo abusan de mi bondad.
-No importa, tú sé misericordiosa con todos y especialmente con los pecadores.
Tengo una gran veneración por San Miguel Arcángel. Él no tuvo ejemplos en el cumplimiento de la Voluntad de Dios y, sin embargo, cumplió fielmente los deseos de Dios.
Un alma humilde no confía en sí misma, sino que pone su confianza en Dios. Dios defiende al alma humilde y Él Mismo se introduce en las cosas de ella y entonces el alma permanece en la máxima felicidad que nadie puede comprender.
Jesús se quejó conmigo con estas palabras: “La desconfianza de las almas desgarra Mis entrañas. Aún más Me duele la desconfianza de las almas elegidas; a pesar de Mi Amor inagotable no confían en Mí”.
Jesús me dijo que la más pequeña cosa no sucede en el mundo sin su Voluntad. Tras esa visión mi alma entró en una extraña serenidad. Me tranquilicé completamente... Dios puede hacer conmigo lo que le plazca, y yo lo bendeciré por todo.
El día de la
#Inmaculada
Concepción de la Virgen vi a la Santísima Virgen María en un misterioso y bello resplandor. Vestía una túnica blanca con una faja azul y me dijo: “Me das una gran alegría adorando a la Santísima Trinidad por las gracias y privilegios que me ha concedido”.
Oh Jesús mío, haz mi corazón semejante a Tu Corazón misericordioso. Jesús, ayúdame a pasar por la vida haciendo el bien a todo el mundo.
#SagradoCorazondeJesus
Hoy estuve en el Cielo. Vi las inconcebibles bellezas y la felicidad que nos esperan después de la muerte. Vi cómo todas las criaturas dan incesantemente honor y gloria a Dios; vi lo grande que es la felicidad en Dios que se derrama sobre todas las criaturas, haciéndolas felices.
Que ningún alma dude de que, aunque sea la más miserable, cada una puede ser una gran santa, porque es grande el poder de la gracia de Dios. De nosotros sólo depende no oponernos a la actuación de Dios.
Ayúdame, Señor, para que mis ojos sean misericordiosos, que no juzgue ni sospeche nunca por solas las apariencias, antes bien sepa considerar la belleza de alma en mi prójimo y vaya en su auxilio!
#Transfiguraci
ónDelSeñor
“Hija Mía…, Tu empeño debe ser la total confianza en Mi bondad; el Mío, darte todo lo que necesites. Me hago dependiente de tu confianza; si tu confianza es grande, Mi generosidad no conocerá límites”.
Vi a Jesús crucificado que me dijo: “Busca la fuerza y la luz en Mi Pasión”… medité la tremenda Pasión de Jesús y comprendí que lo que yo sufría era nada en comparación con la Pasión del Creador y que cada imperfección, hasta la más pequeña, había sido causa de su Pasión.
Cuando reces esta oración con corazón contrito y con fe por algún pecador, le concederé la gracia de la conversión. Esta oración es la siguiente: “Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío"
#SantaFaustinaKowalska
…me cerraron el camino una multitud de demonios… pedí ayuda al Ángel Custodio y apareció la figura luminosa y radiante del Ángel de la Guarda que me dijo: “No tengas miedo, esposa de mi Señor, estos espíritus no te van a hacer ningún mal sin Su permiso”.
#SantosAngelesCustodios
Oh Jesús mío, a pesar de Tus gracias siento y veo toda mi miseria. Comienzo el día luchando y lo termino luchando; en cuanto aparto una dificultad, en su lugar surgen diez por superar, pero no me aflijo por ello porque sé muy bien que éste es el tiempo de la lucha y no de la paz.
Oh Señor, aunque no Te puedo comprender ni entiendo Tu actuación, confío, sin embargo, en Tu Misericordia. Si es Tu Voluntad, Señor, que yo viva siempre en tal oscuridad, seas bendito. Te pido una sola cosa, no dejes que Te ofenda de ningún modo.
Reza incesantemente la coronilla que te he enseñado.
Quien la rece recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte.
Los sacerdotes la recomendarán como última tabla de salvación.
El pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá Mi Misericordia infinita.
Tercer día: “Hoy tráeme a TODAS LAS ALMAS DEVOTAS Y FIELES y sumérgelas en el mar de Mi Misericordia. Estas almas Me consolaron a lo largo del camino del Calvario. Fueron una gota de alivio en un mar de amargura”.
#DomingoDePascua
Hija Mía, cuantas veces oigas dar las tres, sumérgete en Mi Misericordia… suplica Su Omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pecadores, ya que a esa hora se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y los demás.
-El alma: “Señor, por ser fiel a Ti me persiguen y me hacen sufrir mucho”.
-Jesús: “Has de saber que el mundo te odia porque no eres de este mundo. Primero Me persiguió a Mí. Esta persecución es la señal de que sigues Mis huellas con fidelidad”.
Después de cada conversación con el Señor mi alma es singularmente fortalecida, una profunda calma reina en mi alma y me hace tan valiente que no temo nada en el mundo; tengo un solo temor, el de entristecer a Jesús.
El Señor me dijo: “Cuando te acercas a la confesión, a esta Fuente de Mi Misericordia, siempre fluye sobre tu alma la Sangre y el Agua que brotó de Mi Corazón y ennoblece tu alma”.
Al mirar las plantas sedientas de lluvia he decidido rezar la coronilla hasta que Dios envíe la lluvia. Y después de la merienda ha caído una lluvia torrencial. Había rezado esta plegaria tres horas sin cesar. El Señor me enseña que a través de esta oración se puede obtener todo.
El Señor me ha dicho: “La pérdida de cada alma Me sumerge en una tristeza mortal. Tú siempre Me consuelas cuando rezas por los pecadores. Tu oración que más Me agrada es la oración por la conversión de los pecadores. Has de saber, hija Mía, que esta oración siempre es escuchada”.
Durante los sufrimientos más duros fijo mi mirada en Jesús crucificado; no espero ayuda de parte de los hombres, sino que pongo mi confianza en Dios; en su insondable Misericordia está toda mi esperanza.
Al recibir la Comunión recé así: Jesús, que Tu Sangre pura y sana circule en mi organismo enfermo y que Tu Cuerpo puro y sano transforme mi cuerpo enfermo y que una vida sana y fuerte palpite en mí, si es Tu Santa Voluntad... sentí como una sacudida y me sentí completamente sana.
Mientras escribo oigo el rechinar de dientes de Satanás que no puede soportar la Misericordia de Dios y arroja los objetos de mi celda; pero siento dentro de mí una fuerza de Dios tan grande que no me importa la rabia del enemigo de nuestra salvación y sigo escribiendo tranquila.
Niña Mía,… la causa de tus caídas está en que cuentas demasiado contigo misma y te apoyas muy poco en Mí. Pero esto no debe entristecerte demasiado; estás tratando con el Dios de la Misericordia, tu miseria no la agotará; además, no he limitado el número de perdones.
Vi a la Madre de Dios que visitaba a las almas en el Purgatorio. Ella les trae alivio. Y una voz interior me dijo: “Mi Misericordia no lo desea, pero la Justicia lo exige”. Desde entonces me uno más estrechamente a las almas sufrientes.
Agradecí a Dios por su bondad, por darnos a los Ángeles como compañeros. Oh, qué poco piensa la gente en que tiene siempre a su lado a tal huésped y, a la vez, un testigo de todo. ¡Pecadores!, recuerden que tienen un testigo de sus acciones.
Escuché en el alma una voz: “No tengas miedo, niña Mía, no estás sola, lucha con valor porque te sostiene Mi brazo; lucha por la salvación de las almas, invitándolas a confiar en Mi Misericordia, ya que ésta es tu tarea en ésta y en la vida futura”.
No tengas miedo, alma pecadora, de tu Salvador; Yo soy el primero en acercarme a ti, porque sé que por ti misma no eres capaz de ascender hacia Mí… habla a solas con tu Dios de la Misericordia que quiere decirte personalmente palabras de perdón y colmarte de Sus gracias.
En toda mi vida no cuento con nada, sino con Tu Misericordia infinita, oh Señor que es la guía de mi vida. Mi alma está llena de la Misericordia de Dios.
El día de San Miguel Arcángel vi a este gran guía junto a mí que me dijo estas palabras: “El Señor me recomendó tener un cuidado especial de ti. Has de saber que eres odiada por el mal, pero no temas ¡Quién como Dios!” Y desapareció. Sin embargo, siento su presencia y su ayuda.
Hoy, durante la Santa Misa, he visto al Niño Jesús que parecía tener como un año, y me pidió tomarlo en brazos. Cuando lo tomé en mis brazos, se estrechó a mi corazón y dijo: “Estoy bien junto a tu corazón”.
Aunque eres tan pequeño, yo sé que eres Dios.
A las tres, por Mi Misericordia, ruega en especial por los pecadores y, aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión. Ésta es la hora de la Gran Misericordia para el mundo entero. En esta hora nada será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión.
Las verdaderas obras de Dios siempre enfrentan dificultades y se caracterizan por el sufrimiento. Si Dios quiere realizar algo, tarde o temprano lo realizará; lo realizará a pesar de las dificultades…
Te agradezco, oh Jesús, esta gran gracia de permitirme conocer el abismo de mi miseria; sé que soy un abismo de nulidad y si Tu santa gracia no me sostuviera, en un momento volvería a la nada. Con cada latido del corazón Te agradezco, oh Dios, Tu gran misericordia conmigo.
Oh Jesús, Te ruego con todo mi corazón: hazme conocer lo que no Te agrada en mí y hazme conocer qué debo hacer para agradarte más. No me niegues esta gracia y quédate conmigo. Yo sé que sin Ti, oh Señor, mis esfuerzos valen poco. Oh, cuánto me alegro de Tu grandeza, oh Señor.
Por un momento sentí que estaba en los brazos de Dios Padre como una niña y oí en el alma estas palabras: “No tengas miedo de nada, hija Mía. Todos los adversarios quedarán destruidos a Mis pies”. Y entró en mi alma una profunda serenidad y un extraño silencio interior.
Cuando se hacía la adoración por nuestra Patria, un dolor oprimió mi alma. Entonces oré así: “Jesús Misericordiosísimo, por la intercesión de Tus Santos y, especialmente, por la intercesión de Tu Amadísima Madre que Te crió desde la niñez, Te ruego que bendigas a mi Patria”.