¡Qué importante es para los padres contemplar el modo de actuar de Dios! Dios ama a los jóvenes, pero no por eso los preserva de todos los riesgos, desafíos y sufrimientos. Dios no es sobreprotector. Confía en ellos y llama a cada uno a la vida y a la misión.
#ParentsDay
La Eucaristía nos impulsa a un amor fuertemente comprometido con el prójimo, porque no podemos comprender y vivir su significado verdaderamente si tenemos cerrado el corazón a los hermanos y las hermanas, especialmente a los que son pobres, sufren o están perdidos en la vida.
La Eucaristía es la respuesta de Dios al hambre más profunda del corazón humano, al hambre de vida verdadera: en ella Cristo mismo está realmente en medio de nosotros para nutrirnos, consolarnos y sostenernos en el camino.
#OremosJuntos
para que los migrantes que huyen de las guerras o del hambre, obligados a viajes llenos de peligro y violencia, encuentren aceptación y nuevas oportunidades en los países que los hospedan.
#Intenci
óndeOración
#ClickToPray
Sin la fe, todo se derrumba; y sin la
#oraci
ón, la fe se apaga. Por eso la Iglesia, que es casa y escuela de comunión, es casa y escuela de oración.
#A
ñodelaOración
Queridos niños y niñas, Dios, que nos ama desde siempre, nos mira con la mirada del papá más amoroso y de la mamá más tierna. Él nunca se olvida de nosotros, y cada día nos acompaña y nos renueva con su Espíritu.
El Espíritu Santo nos guía, nos ilumina, nos fortalece, para que podamos caminar por la vida, incluso en medio de la adversidad y la dificultad, en las alegrías y las penas, permaneciendo en el camino de Jesús.
El Espíritu Santo nos consuela, sana los recuerdos poniendo en primer lugar lo que cuenta de verdad: el recuerdo del amor de Dios, su mirada sobre nosotros. De este modo pone orden en la vida, nos enseña a acogernos, a perdonar, a reconciliarnos con el pasado. A volver a empezar.
En la base de la vida cristiana está la virtud de la humildad, antagonista del vicio más mortal, la soberbia. Mientras el orgullo y la soberbia hinchan el corazón, la humildad devuelve todo a su justa dimensión: somos criaturas maravillosas pero limitadas, con virtudes y defectos
Nuestra
#esperanza
nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz. El Espíritu Santo mantiene encendida la luz de la esperanza como una llama que nunca se apaga, para dar apoyo y vigor a nuestra vida.
La Madre de Jesús es invocación viva del Espíritu Santo. Es la Madre de la Iglesia. A su intercesión confiamos las comunidades que en este momento tienen más necesidad de la fuerza del Espíritu Santo, Defensor y Confortador, Espíritu de verdad, de libertad y de paz.
Que el Espíritu Santo haga crecer la comunión y la fraternidad entre los cristianos de las distintas confesiones; y done a los gobernantes la valentía de realizar gestos de diálogo que lleven a poner fin a las guerras.
Hoy, fiesta de
#Pentecost
és, oremos al Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, para que cree armonía en los corazones, armonía en las familias, armonía en la sociedad, armonía en el mundo entero.
En el relato de Pentecostés (cf. Hch 2,1-11), los Hechos de los Apóstoles nos muestran dos ámbitos de la acción del Espíritu Santo en la Iglesia, en nosotros y en la misión; con dos características, la fuerza y la amabilidad.
En esta vigilia de Pentecostés venimos a ti, Señor, porque Tú eres nuestra paz, y sin el agua viva de tu Espíritu nuestros corazones son corazones de piedra, incapaces de perdonar, incapaces de reconciliarse, incapaces de vivir la fraternidad.
La
#paz
nunca será fruto de la desconfianza, de los muros, de apuntar las armas los unos contra los otros. San Pablo dice: "Lo que uno siembre, eso cosechará" (Gal 6,7). No sembremos muerte, destrucción, miedo. ¡Sembremos esperanza!
#Verona
En el origen de la vida cristiana está la experiencia del encuentro con el Señor, que no depende de nuestros méritos o de nuestro esfuerzo, sino del amor con el que Él viene a buscarnos llamando a la puerta de nuestro corazón.
La
#esperanza
cristiana no engaña ni defrauda, porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor divino. No cede ante las dificultades, porque se funda en la fe y se nutre de la caridad, y así hace posible que sigamos adelante en la vida.