“¡Queridos hijos! Hoy quiero decirles que deben orar antes de iniciar cada trabajo y terminarlo con oración. Si lo hacen así, Dios los bendecirá a ustedes y su trabajo”. (Medjugorje, 5 de julio de 1984.)
“Queridos hijos, mi Corazón está gozoso porque a lo largo de estos años veo su amor y su apertura a mi llamado. Hoy los llamo a todos: oren conmigo por la paz y la libertad.”
Gracias por haber resucitado, Jesús. Gracias por haber salido victorioso del sepulcro porque de esta manera has dado sentido a toda mi existencia. Aumenta mi fe, mi confianza en ti y mi caridad.
“Hijos míos, no olvidéis que sois importantes en mi plan de salvación de la humanidad. Regresad a Dios y a la oración para que el Espíritu Santo obre en vosotros y a través de vosotros.”
La Virgen es el puente entre Dios y el hombre y nos invita a la conversión continua con la plena seguridad que ella ora también por cada uno de nosotros.
“Hijitos, no teman, porque Yo estoy con ustedes, también cuando piensan que no hay salida y que Satanás reina. Yo les traigo la paz. Yo soy su Madre y Reina de la Paz.”
Virgen María, Reina de la Paz, te pedimos que cada día podamos ser portadores de gozo y alegría. Haznos en todo lugar y con todas las personas, mensajeros de la paz. Amén.
María, al inicio de esta Cuaresma me pongo bajo tu manto. Guíame en este camino hacia la Pascua, y ruega por mí para que, después de estos cuarenta días, esté más cerca de tu Hijo Jesucristo.
“Yo estoy con ustedes y los protejo, aún cuando Satanás trata de destruir mis planes e impedir los deseos del Padre Celestial que El quiere realizar aquí.”
“Hijos míos, grande será mi alegría cuando pueda ver que acogéis mis palabras y deseáis seguirme. No tengáis miedo, no estáis solos. Entregadme vuestras manos y yo os guiaré.”
“Queridos hijos, esta tarde los invito de manera especial a honrar al Corazón de mi Hijo Jesús. Hagan reparación por la herida infligida al Corazón de mi Hijo. Ese Corazón está herido por toda clase de pecados. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
María, Madre del silencio y del dolor, queremos que aceptes solamente que podamos estar contigo en silencio y esperar contigo este segundo, maravilloso, nacimiento.
“Luchen contra el mal, contra el pecado y contra los ídolos del mundo de hoy que los seducen. ¡Sean firmes, sean fuertes en la fe! Para ser fuertes en la fe, ¡oren!”
Gracias, Señor por un día más! Te pido por mi familia, por mis amigos, por todas las necesidades que Tú bien sabes llevo en mi corazón. ¡Gracias, Señor, por estar aquí conmigo!
Dame, Señor, una fe firme que me ayude a confiar siempre en ti. Haz que mi corazón nunca dude de tu gran poder, para acercarme a ti como un hijo con su Padre.
“Queridos hijos, éstos son tiempos particulares y por eso, Yo estoy con ustedes para amarlos y proteger sus corazones de Satanás y para llevarlos a todos más cerca del Corazón de Jesús, mi Hijo.”
“Queridos hijos, sean perseverantes en la oración. Abran sus corazones, ábranse al Espíritu Santo para que Él los guíe. Este tiempo es un tiempo de gracia.”
Señor, purifica mi mente y mi corazón para que cada uno de mis pensamientos, cada uno de mis actos, y cada palabra que diga, sean sólo para honra y gloria tuya.
Te doy infinitas gracias Señor por tu presencia constante en mi vida y las miles de formas en que actúas en ella cada día. Me entrego a ti; jamás permitas que nada ni nadie me separe de ti.
“Hijitos, no teman, porque Yo estoy con ustedes, también cuando piensan que no hay salida y que Satanás reina. Yo les traigo la paz. Yo soy su Madre y Reina de la Paz.”
“Hijos míos, regresad a Dios y a la oración, al ayuno y a la renuncia, por todos aquellos que son pisoteados, son pobres y no tienen voz en este mundo sin Dios.”
La Virgen ha dicho que una persona que reza, no debe tener miedo del futuro. La Virgen no nos abandona, nos protege y nos guía hacía el triunfo de su Corazón Inmaculado.