El caso es que, en julio de 2012, el chico se va a Cuba, en calidad de turista, no como político. E hizo lo que cualquier turista en Cuba: reunirse con el líder de las Juventudes Democristianas de Suecia.
También se reunió con dos importantes líderes disidentes. Que en el PP dicen que no, pero huele a que iba a ayudarles con algo, en plan misión supersecreta.
Y ahora viene el porqué de las risas. Carromero, que, supuestamente, es enviado a echar un cable a esos líderes disidentes, en vez de eso va y se los carga.
Resulta que iban todos en un coche conducido por nuestro protagonista, por una carretera en obras y a más velocidad de la permitida, se salieron de la carretera, chocaron contra un árbol y la cosa se saldó con dos muertos.
Carromero es detenido para ser juzgado y el PP, en cuanto se entera, empieza a hablar de atentado, de conspiración castrista, que si un coche les sacó de la carretera, etc.
Su partido pone en marcha todos los mecanismos diplomáticos posibles y, antes de las uvas el chaval ya está en España. Un tiempo récord comparado con cualquiera de los otros 2.400 españoles encarcelados en el extranjero.
Esperanza Aguirre va a verle a la cárcel de Segovia y declara que han acatado la sentencia para poder traérselo, pero que en España, lo que ha hecho Ángel Carromero, no es delito.
Mientras tanto, la familia de uno de los disidentes muertos se muestra indignada porque todas aquellas teorías de la conspiración del PP se acaban en cuanto consiguen lo que querían. De hecho, dicen que desde el partido les aconsejan que no pregunten y que dejen las cosas estar.
Y nada, hoy en día es un hombre libre, jefe de gabinete de Ayuso y cuando nos acordamos de la que lió en Cuba todo son risas.
- No me mates, Carromero.
- LOL