Nuestra travesía con en Vásquez como compañero de viaje duró 18 años que nos dejaron recuerdos invaluables: 300 mil personas se matricularon en nuestros programas de educación para la vida y en total, con todos nuestros servicios, impactamos a cerca de 1 millón 500 mil personas.
Despedirse con gratitud implica remontarse hasta la génesis de las historias y es que para que tuviéramos el privilegio del habitar el edificio Vásquez sucedieron varias cosas, se alinearon voluntades y hubo una premisa común: servir. Abrimos hilo 🧵
En el 2003 se gestó una alianza público-privada, de esas que por décadas han tenido impacto positivo en los habitantes de Medellín y de Antioquia. Esta vez nos permitieron restaurar el edificio Vásquez, un patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Rescatar su espíritu que físicamente estaba en ruinas tomó tiempo, trabajo y una inversión inicial cercana a los $3.900 millones. Hoy, 18 años más tarde, estamos convencidos de que valió, vale y valdrá la pena siempre. A Medellín le queda un patrimonio vivo y rejuvenecido.
El corazón del Vásquez ya latía, pero había que mantenerlo vivo y operando. Para eso siempre fue vital tener claridad de las implicaciones económicas: el arriendo vale cada mes $123.528.081 con IVA y, además, existe un costo promedio de mantenimiento anual de $131.571.224.
Con este objetivo claro y para afrontar esta inversión subarrendamos algunos espacios comerciales en el edificio, así generábamos mensualmente $49.743.352 con IVA.
También facilitábamos la apropiación del espacio por parte de las personas, eso se traducía en seguridad, en poder sentarse a disfrutar de un café, caminar y poder tomar una foto con tranquilidad.
El patrimonio nos hace lo que somos, por eso debe ser de todos. Decidimos entonces abrir las ventanas y las puertas del edificio para que la ciudadanía pudiera pasar por ellas; no había que ser afiliado a Comfama para poder habitar el Vásquez.
El Vásquez es un edificio especial, que además de histórico se conecta con el presente y con el futuro, por eso, entre sus muros, albergó al Fondo EPM y a la primera escuela de software en Medellín:
@HolbertonCOL
, una incubadora de talentos para la cuarta revolución
También, 60 personas tuvieron al Vásquez como segundo hogar, porque es en eso en lo que se convierte para uno su lugar de trabajo, allí prestaron cerca de 110.000 servicios para afiliados y no afiliados durante cada año.
Esa gratitud que sentimos hoy se extiende a quienes confiaron y compartieron con nosotros durante esta travesía, a todos los habitantes de la zona, a los empleados de la Alcaldía, EPM y la Gobernación de Antioquia.
Este 29 de abril, con un concierto virtual , nos despedimos de forma anticipada, pero con inmensa gratitud de una de nuestras sedes más especiales, esa en la que late un corazón magenta que irradia luces que se escapan por las ventanas.